viernes, 1 de abril de 2016

Vintage vintage! (primera parte)


Después de muuuuucho meditar, pensé que aquello de “si no puedes vencer al enemigo, únete a él”, tenía muuuuucho de cierto, y decidí implementarlo al pié de la letra en mi dormitorio.

Sos viejito y te gusta serlo? Ok! Yo te voy a dar un carácter aún más viejo. Se va a respirar aire vintage en cada rincón!.

Ahora bien, ¿cómo hacerlo con dos mangos?. ¿Cómo lograrlo si los muebles que tengo son tirando a viejos achacosos y no “antiguos”? (suena súper chic decirlo así).

Se me prendieron dos lamparitas y no una.

Primero, hacer una visita al galponcito de mi papá, lleno de cosas de otro tiempo, cosas que él valora tanto tanto tanto como yo, y ver si desempolvándolas un poco, enderezando alguna parte, podían cobrar vida nuevamente y traerlas rejuvenecidas para acá.

Segundo, libros viejos. Empapelar las paredes con hojas de libros amarillentas. Eso va a tapar por completo las imperfecciones, y además pondrá el acento en otra cosa!.

Ya decididos, hacia Córdoba partimos! Todavía vivíamos en Agua de Oro, llovía a cántaros, pero inspirados en aquello de “si es difícil lo hacemos, si es imposible tardamos un poquito más”, alzamos nuestro único paraguas y como dos chicos traviesos nos fuimos con mi marido de lo más divertidos.

Dejamos el auto en una playa céntrica y empezamos nuestro recorrido por las casas de compra-venta de libros y revistas usados.

Él, más joven y atlético que yo, corría velozmente de alero en alero esquivando la lluvia, dándose vuelta cada tanto para ver si yo continuaba detrás de él, y yo, que si junto todas las horas de gimnasio que hice en mi vida no llego a cuarenta minutos, lo seguía pasito a pasito muerta de risa bajo la escasa protección que me brindaba el paraguas porque además de llover había un viento terrible que me empapaba de todas formas.

En realidad buscábamos diarios extranjeros viejos. Alemanes, ingleses, franceses…..

No había. Nos mandaron a otro kiosco.

Tampoco había. Nos dieron el dato de otro lugar.

Menos que menos. Por monedas compramos uno español pero que se imprime en Argentina (nooooo, ya no me parecía tan divertida la lluvia a estas alturas).

En el decimotercer lugar que visitamos encontramos dos ejemplares alemanes que compramos a precio de euro, por lo que le exigí al vendedor  que me los envuelva para regalo y que los ponga en siete bolsas plásticas, porque si se me mojaban, al otro día salía él en los diarios (presa de un ataque de ira mujer atacó a paraguazos un kiosquero en la ciudad de Córdoba…. ).
 
 
 

Dado nuestro magro botín, nos miramos cómplices a través de la lluvia, y sin mediar palabra nos encaminamos hacia la zona del centro donde están todas las librerías de textos escolares usados.

Ir a esa zona no es fácil.

Vendedores compulsivos te acechan a cada paso, te obstruyen el paso asegurando que tienen la mejor de las ofertas, te preguntan cada dos segundos ¿busca libros señora?. Te los tenés que sacar de encima con un No seco, sin hacer contacto visual, o bien correr despavorido agitando los brazos como si te persiguiera un enjambre!.

Pero llovía. Y era verano. Aparte faltaba bastante para el inicio de clases. Así y todo créanlo o no, nos topamos con uno, “¿busca libros señ…” NO. Sí que buscaba, mi marido me preguntó ¿porqué le dijiste que no?. Y…. porque No. Siempre se les dice que No.

Seguimos caminando, mi marido se adelantó unos pasos buscando un alerito. Yo me detuve embelesada, por lo que tuve que esperar que se diera vuelta para hacerle señas desesperadas para que venga a ver la vidriera donde yo estaba parada.

No lo podía creer!!!
Continuará…….

2 comentarios:

  1. Pía , Viste como todo está conectado de alguna forma ? yo pasé de chica varias vacaciones en Río Ceballos e íbamos siempre a Aguas de Oro a bañarnos .....divino divino lugar....al que nunca más volví.... Lo tengo pendiente.
    Bss Soy Victoria Sur Vintage en Instagram

    ResponderBorrar
  2. Aterricé hoy por acá y estoy leyendo de atrás para adelante!!! Tu escena de la peatonal me hace correr un frío por la espalda! Tuve oficina varios años en plena Deán Fines, no podía ni bajar al kiosco que me acechaban los vendedores de libros! Y sí, por supuesto siempre se les dice que no!! Te sigo leyendo! Besos @eli_paraiso!!

    ResponderBorrar