Sentarse frente a la máquina y empezar a
escribir un blog por primera vez, no es fácil. Es como tirarse a la pileta
desde el trampolín más alto. Cuando después de revisar y corregir una y mil
veces por fin llega el momento de apretar “publicar”, se siente la misma
adrenalina que en la montaña rusa, mezclado con la idéntica sensación de dejar
a tu único hijo por primera vez en Jardín de Infantes. “¿irá a estar bien? ¿lo
tendría que haber corregido una vez más? Ay no!!!! ¿Qué hice?”, son algunas de
las preguntas que empiezan a aparecer sin permiso en mi cabeza, pero la más
recurrente es sin dudas “¿Quién lo leerá?”.
Puedo decir, sin temor a equivocarme, que
comenzar a escribir este blog y posteriormente abrir una cuenta de Instagram,
me han transformado en una persona más feliz. Pero sobre todas las cosas me han
dado la inconmensurable posibilidad de conocer la gente que estaba detrás de
esa última pregunta. Ahora sé quien lo lee. Gente hermosa, llena de talento,
generosa, encantadora.
Una de esas personas que llegaron a mi vida
como un regalo cortesía de mi blog, nos comparte este tutorial. No se
imaginan las cosas que hace!!!! Es una genia!!!
Ella y su marido son dos artistas de la
restauración, hacen cosas maravillosas. Tienen una mano y un ojo clínico
formidable. Poseen un descomunal buen gusto para ver en lo que otros tirarían a
la basura, el potencial para transformarlo en una obra de arte.
Habiendo visto fotos de un cuarto de baño
intervenido por ellos, me pareció una idea genial y un lujazo, invitarla a
sumarse a esta aventura decorativa en la que estoy embarcada.
Presten mucha atención porque nos va
a enseñar el paso a paso de empapelar una pared con hojas de papel de diario……
y no cualquier diario…… pasen y vean!!!!!
Los dejo con ella:
En 2014 abandoné mi querido blog... por distintas circunstancias de la vida perdí el entusiasmo y las energías para continuarlo, pero casi sin quererlo tuve revancha gracias a las nuevas tecnologías, que me llevaron a conocer Instagram. Esta fascinante aplicación también me brindó la posibilidad de conocer gente valiosa y con mucho talento, como María Pía, de Puesto Viejo Deco, quien me abrió sus puertas en esta oportunidad para compartirles un tutorial o “DIY” condimentado con una de mis tantas historias personales relacionadas con la decoración y los objetos con alma...
La historia del papel detrás de este
proyecto: Lo encontramos dentro de unas cajas de repuestos del taller del
abuelo de mi marido. Llegó desde Indianapolis, U.S.A. en los 50's y su función
fue la de proteger autopartes. Autopartes que fueron valiosas alguna vez, pero
que nunca se vendieron y hoy tienen un valor ínfimo comparado al de este
maravilloso papel... El estreno de una peli de los años dorados de Hollywood
con Grace Kelly y Frank Sinatra, el intenso sabor de los chicles Wrigley's y la
última tecnología de los TV RCA reviven en mi pared “a diario”. Que viva la
oldschool y sus objetos únicos e invaluables!
MATERIALES:
* Ganas ( cantidad necesaria ).
* Papel de diario, hojas de libros,
revistas, cartas o cualquier tipo de papel que encuentren y les encante.
* Adhesivo para empapelar ( Wepel o
similar ) y agua.
* Pincel ancho y batea de pintura ( o
un bowl, botella cortada o lo que tengan a mano ). Es para contener el adhesivo
preparado.
* Barniz ( recomiendo por su acabado
el satinado de Sherwin Williams ).
* Aguarrás ( para diluir el barniz y
luego limpiar el pincel ) o bien pueden usar también barniz al agua si no se
quieren complicar mucho.
* Tijera y cutter.
* Papel o cartón para cubrir el piso
y un trapo húmedo por si manchamos con adhesivo donde no debemos.
PASO A PASO:
Una vez que hallaron su papel ideal,
lo pueden aplicar en una pared, como en este caso, o bien en un mueble, cajón o
lo que gusten personalizar. Tengan en cuenta que cuanto más fino es el papel,
más fácil será moldearlo. Si es algo grueso, recomiendo lo utilicen solo en
superficies planas o que no tengan bordes redondeados, porque es posible que
les queden globos o arrugas rebeldes.
Si el papel es muy viejo, como el de
este tutorial, tengan en cuenta que es posible que se quiebre o desarme. Hay
que tener paciencia, y si no queda liso... bien! lo lograron, es lo que le
otorga su carácter especial y único.
Antes que nada nos tomamos el tiempo
necesario para cubrir el piso para evitar mancharlo. Colocamos el adhesivo en
la batea, lo mezclamos con agua hasta que no queden grumos y tenga textura
liviana. Lo aplicamos generosamente con pincel sobre la pared, siempre en paños
apenas más grandes que cada hoja que vayamos a pegar. Posicionamos el papel
sobre la pared y nuevamente otra mano de adhesivo por encima hasta humedecer
bien todo el papel, siempre chequeando que no queden globos, ya que luego será
tarde para corregir porque el papel se endurece con la forma que quedó.
Una vez seco, podemos recortar y emprolijar los excedentes de papel de
esquinas y bordes con la ayuda de un cutter o tijera. Si lo intentamos hacer
con el papel húmedo, corremos el riesgo de estropear el trabajo.
Por último, vamos a aplicar un
producto que proteja nuestro querido papel y nos brinde la posibilidad de poder
limpiarlo luego con mayor facilidad. En este caso utilicé el barniz satinado de
Sherwin Williams. Es mi favorito! el acabado es genial, y sobre madera ni les
cuento!! queda súper natural.
Importante: lo aplicamos siempre bien
diluido en aguarrás. De esta manera seca más rápido entre manos y queda
perfectamente uniforme y sin vetas del pincel.
Ahora si! a contemplar y disfrutar
con orgullo de nuestro trabajo!
Hasta la próxima!
Gracias!!!! Gracias titánicas!!!! Voluminosas
y épicas Gracias!!!!! Estoy orgullosa de haber contado con esta invitada
de lujo!!
Y ahora sí, con toda esta info, me voy a
poner de cabeza a intervenir mi dormitorio. Si no aparezco en unos días, ya
saben lo que estoy haciendo!!!!